martes, noviembre 14, 2017

5 consejos para mejorar la SALUD BUCAL de los enfermos de Alzheimer


Nos borra la memoria y convierte los actos más cotidianos en obstáculos infranqueables. El Alzheimer afecta al 2,4 % de los españoles –más de un millón de personas–, la mayoría de ellos mayores de 65 años.

El impacto de esta enfermedad neurodegenerativa e irreversible alcanza a todos los rincones de vida de quienes la padecen, incluida la salud bucodental. Coincidiendo con el Día Mundial del Alzheimer (21 de septiembre), queremos contaros por qué los problemas bucodentales tienen una mayor incidencia entre los enfermos de Alzheimer y qué consejos podemos seguir para mejorar su salud bucodental.

Son muchos los motivos que hacen que la salud de la boca de los enfermos de Alzheimer presente más riesgos. El principal es una higiene bucodental pobre propiciada por la mala memoria del paciente y su deterioro cognitivo, que se agrava en personas mayores con menor destreza física.

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Le sigue la toma de medicamentos ya que algunos fármacos, como los antidepresivos y los antipsicóticos, tienen importantes efectos secundarios sobre la salud bucodental: disminución de la secreción de saliva (xerostomía); movimientos anormales e involuntarios (discinesia), como masticación repetitiva, movimiento oscilatorio de la mandíbula o gesticulación facial; y otros síntomas, como una mayor prevalencia de lesiones en la mucosa oral.

Todas estas deficiencias en la higiene oral de los enfermos de Alzheimer pueden derivar en diversos problemas bucodentales, como caries, mal aliento (halitosis), dificultades para tragar los alimentos, gingivitis y periodontitis. Esta última, en último término, puede provocar consecuencias sistémicas en nuestro organismo.

¿Cómo hacer compatibles Alzheimer y boca sana?
Cuanto más avance la enfermedad, más complejo será lograr una buena respuesta por parte del paciente. Por tanto, el principal objetivo es la prevención.

Nuestra prioridad debe ser mantener la función y la salud de la boca, así como evitar la aparición de infecciones. El papel de los familiares o cuidadores es, por tanto, fundamental.

Aunque cada paciente es único y la enfermedad posee varias etapas diferenciadas, podemos establecer cinco consejos generales para mejorar la salud bucodental de los enfermos de Alzheimer:

1. Ir un paso por delante. Tras el diagnóstico del Alzheimer, el paciente debe acudir al dentista para una evaluación ya que, con el avance de la enfermedad, las intervenciones dentales serán más difíciles de realizar y la salud bucodental empeorará, sobre todo en lo referente a los hábitos de higiene. Es muy conveniente anticiparse a ese deterioro con medidas de prevención, profilaxis y control de focos de infección bucal que puedan agravar el estado de salud del paciente.

2. Establecer una rutina de higiene. Es recomendable fijar las mismas horas todos los días para cepillarse los dientes dos veces y usar la seda dental al menos una vez. Es bueno elegir un ambiente sin distracciones donde hacerlo. Para facilitar el proceso puede ser útil emplear un cepillo eléctrico, más fácil de manejar por el paciente o sus cuidadores, siempre que tolere la vibración. Si la pasta dental llega a suponer un problema, podemos prescindir de ella. Del mismo modo, si la persona con Alzheimer no tiene suficiente destreza para usar el hilo, puede recurrir a los cepillos interdentales.

3. Fortalece dientes y encías. Utiliza clorhexidina en colutorio o espray para prevenir las enfermedades periodontales; pastas dentífricas con flúor para hacer frente a las caries; y estimulantes o sustitutos de secreción salival, como chicles o caramelos sin azúcar, en caso de sufrir xerostomía.

4. Enjuagar la boca tras las comidas. Algunos enfermos de Alzheimer tienen dificultades para tragar la comida correctamente, por lo que es importante que se enjuaguen la boca para eliminar posibles restos de alimentos. En caso de que utilicen dentadura postiza, deberán sacarla y limpiarla.

5. Paciencia. Si eres cuidador o familiar de un enfermo de Alzheimer, deberás ir tomando las riendas de su salud bucodental conforme avance la enfermedad. Es una tarea que puede llegar a precisar mucha paciencia y cariño.

Te recomendamos que:
a. Utilices frases e indicaciones cortas y sencillas durante el cepillado y el uso de la seda, así como recordatorios y notas que le ayuden a recordar que debe cumplir con su higiene bucodental.
b. Emplees la comunicación no verbal, como las expresiones faciales o el contacto físico.
c. Recurras a técnicas de comunicación como los denominados encadenamientos, puentes y rescates. Los primeros consisten en que iniciemos una actividad para que el enfermo nos ayude a finalizarla. En los puentes utilizamos sus sentidos, como el tacto o la vista, para ayudarle a comprender mejor la tarea (por ejemplo, darle el cepillo para que lo sujete con las manos). Por último, los rescates, suelen utilizarse para ayudar a completar la higiene: si el familiar o cuidador no logra realizar los cuidados, puede recurrir a otra persona para que los haga en su lugar. Se trata de una especie de juego entre “policía bueno y policía malo” muy eficiente con algunos pacientes que no quieren colaborar.

El Alzheimer es una enfermedad difícil de sobrellevar y es frecuente que los pacientes y familiares pierdan el contacto con el dentista al estar centrados en otros problemas de salud.

Sin embargo, tener una buena salud bucodental le supondrá a la persona con Alzheimer una buena calidad de vida, con beneficios que irán más allá de la boca.

Además de seguir estos consejos, debemos recordar que la paciencia, el cariño y una sonrisa compartida son igual de necesarios para el bienestar del paciente que cualquier prevención o hábito saludable.

Fuente: buccasana.es